Mi niña, con su sonrisa y sus ojos de lucero, nos enseñó a vivir incluso cuando el alma se nos rompía por dentro.
"Lo sé, me complico la vida, me hago preguntas y me meto en líos. Digo lo que pienso y lo que siento; pero no tengo miedo de lo que piensen de mí."
Sus ojos brillaban como luceros en la más profunda oscuridad.
Mi niña tenía solo nueve añitos.
Un alma pura y un corazón de guerrera que solo aparece una vez cada milenio.
Sonreía mientras sujetaba su libro de entomología, con esa ilusión y despreocupación que solo una niña inocente podría poseer.
Y es que no era el tono amarillento y desgastado de las paredes de aquel hospital gris lo que desgarraba nuestras almas.
—¿Estáis enfadados conmigo, mami, papi?
Sus palabras rompían mi alma.
Sus ojitos valientes solo veían el eco de nuestra tristeza y desolación.
¿Cómo decirle al amor más grande de nuestras vidas que nuestras sonrisas fingidas, en medio de una tormenta de pesadilla, a veces se torcían porque no éramos capaces de aceptar una vida sin ella?
¿Cómo estar de pie frente a la razón de nuestra existencia sin derrumbarme, sabiendo que en cualquier momento todo acabaría?
—No estéis tristes porque le hablase así al doctor. Solo quería saber lo que me pasaba.
Papi, no me duele nada. Estoy contenta de que estéis aquí...
Sus palabras resonaban en cada célula de nuestro cuerpo.
Y, en ese último ocaso de sus ojos, se nos escapaba el alma entre llantos.
Sin embargo, a pesar de todo, le dimos gracias al cielo por cada segundo junto a ella.
🕊️ Reflexión final
A veces, las despedidas más duras están hechas de amor puro, de palabras valientes, y de una ternura que sobrevive incluso al dolor.
No es el tiempo lo que importa, sino cómo se ama en él.
Y ella, nuestra niña, nos enseñó a amar como si cada instante pudiera durar para siempre.
📝 Aunque nació del corazón, este relato es puramente ficticio. A veces, la ficción nos permite explorar verdades emocionales que las palabras reales no alcanzan.
Palabras que llegan al corazón.
ResponderEliminarTe agradezco enormemente, me llena de alegría saber que te ha gustado. Un cordial saludo, y espero que continúes disfrutando de todo lo que ofrece este pequeño rincón mío, mi humilde blog.
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