lunes, 5 de mayo de 2025

El apagón de abril de 2025: Ciberataques y fallos técnicos en el centro de la investigación

 Análisis técnico: la hipótesis climática queda descartada

El apagón del 28 de abril de 2025 dejó a millones de personas sin electricidad durante varias horas, afectando a amplias zonas de España y Portugal. Las primeras horas del incidente estuvieron marcadas por el desconcierto, y rápidamente comenzaron a surgir teorías que buscaban explicar su origen. Entre ellas, una de las más comentadas fue la posibilidad de que fenómenos meteorológicos extremos, como una "vibración atmosférica inducida" por fluctuaciones térmicas inusuales, hubieran causado el colapso de la red eléctrica. Sin embargo, un análisis exhaustivo de los datos y las declaraciones de las autoridades competentes han descartado por completo esta hipótesis.


Desmentido oficial: un panorama sin anomalías meteorológicas

La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) fue una de las primeras en responder a las especulaciones. En su informe detallado, publicado poco después del incidente, la AEMET dejó claro que durante el 28 de abril no se habían registrado fenómenos climáticos que pudieran haber afectado directamente la infraestructura energética. La red de más de 900 estaciones meteorológicas distribuidas por todo el territorio español no detectó variaciones térmicas bruscas ni fenómenos atmosféricos inusuales, como tormentas extremas o alteraciones en la presión atmosférica, que pudieran haber provocado un colapso de la red eléctrica. En palabras de la propia AEMET, "no existen indicios que sugieran que las condiciones meteorológicas hayan jugado un papel en este apagón".


La posición de la Red Eléctrica Nacional de Portugal (REN)

El siguiente eslabón en la cadena de desmentidos vino de la Red Eléctrica Nacional de Portugal (REN), que se encargó de gestionar la infraestructura eléctrica en el país vecino. En un comunicado oficial, la REN negó cualquier relación entre el apagón y fenómenos meteorológicos adversos, y subrayó que no se habían producido anomalías en el sistema que pudieran haber sido causadas por condiciones climáticas extremas. Este desmentido resultó crucial, dado que Portugal había sido una de las áreas más afectadas por el apagón, y la información proporcionada por REN descartaba completamente la teoría de una "vibración atmosférica" que hubiera influido en la estabilidad de la red.


El respaldo de los expertos meteorológicos: no hubo fenómenos adversos

A medida que el caso se desarrollaba, otros expertos meteorológicos de renombre, como Roberto Brasero, contribuyeron a esclarecer la situación. Brasero, conocido por su rigor científico y su capacidad para interpretar los datos meteorológicos con precisión, subrayó que no hubo eventos meteorológicos significativos que pudieran haber interferido con el funcionamiento de las infraestructuras eléctricas. En su análisis, destacó que ni la radiación solar ni las tormentas solares —fenómenos que podrían haber alterado el comportamiento de la red— presentaron ninguna anomalía ese día. Además, la ausencia de variaciones bruscas en la presión atmosférica también descartó cualquier influencia de sistemas meteorológicos que pudieran haber alterado la estabilidad del sistema energético.


El fallo de absorción de inercia: un aspecto técnico clave

Aunque la teoría climática fue rápidamente descartada, el apagón puso de manifiesto un aspecto técnico crucial en el funcionamiento de las redes eléctricas: la absorción de inercia. En términos simples, la inercia de un sistema eléctrico se refiere a la capacidad de mantener la estabilidad de la frecuencia cuando hay cambios repentinos en la generación de energía o en la demanda. En las redes interconectadas, la absorción de inercia permite que el sistema se ajuste sin colapsar cuando hay desequilibrios en la generación y el consumo de energía.

En este contexto, el apagón podría haber sido causado por una desconexión abrupta de fuentes de energía, ya sea de plantas generadoras convencionales o de fuentes renovables, como la eólica o la solar. Aunque las fuentes renovables son más sensibles a las condiciones climáticas, no se ha demostrado que este tipo de fallos se deban a fenómenos meteorológicos extremos, sino a posibles deficiencias en el control y la gestión de la red eléctrica en circunstancias de alta demanda.


Portugal solicita la intervención de un ente externo para investigar el apagón del 28 de abril de 2025

El apagón ocurrido el 28 de abril de 2025, que afectó a amplias zonas de España y Portugal, no solo ha sido motivo de incertidumbre y especulación en ambos países, sino que también ha generado una creciente preocupación por la estabilidad de las infraestructuras energéticas a nivel ibérico. Tras el desmentido de la hipótesis climática por parte de la AEMET y la REN, y mientras las investigaciones continúan, el gobierno de Portugal ha solicitado formalmente la intervención de un ente externo para llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre las causas del apagón.

El gobierno portugués, al no sentirse completamente satisfecho con las explicaciones proporcionadas por las autoridades españolas, ha solicitado a la Unión Europea la creación de un comité independiente o la designación de un organismo internacional que se encargue de realizar una investigación técnica detallada. Esta solicitud responde a la necesidad de asegurar transparencia en el proceso y de garantizar que las investigaciones se realicen con un enfoque imparcial, dado que el incidente afectó gravemente a la red eléctrica tanto de Portugal como de España.

En su solicitud, Portugal ha hecho énfasis en la importancia de contar con una investigación que no se limite a la revisión de las infraestructuras nacionales, sino que considere también las interconexiones entre ambos países y las posibles vulnerabilidades compartidas. De este modo, el objetivo sería garantizar que se adopten las medidas correctivas necesarias para reforzar la resiliencia del sistema energético ibérico y evitar apagones de este tipo en el futuro.


Reacciones de las autoridades españolas

El gobierno español ha recibido esta solicitud con cautela, subrayando que las investigaciones realizadas hasta la fecha han sido rigurosas y transparentes. Aunque no se ha pronunciado de manera oficial sobre la intervención de un ente externo, diversas fuentes dentro del gobierno español han señalado que están abiertos a la colaboración internacional, pero que no creen necesario un comité independiente en este momento. En las declaraciones de los responsables de la Red Eléctrica de España (REE), se ha enfatizado que, según los datos recopilados, no se identificaron fallos graves en la infraestructura eléctrica que pudieran haber justificado un apagón a gran escala, por lo que se considera que el incidente se debió a una combinación de factores técnicos, algunos de los cuales aún están siendo investigados.


El papel de la Unión Europea y la cooperación internacional

La solicitud portuguesa plantea una oportunidad para que la Unión Europea juegue un papel más activo en la coordinación de investigaciones sobre eventos críticos que afectan a varios países, como en este caso. La creación de un comité internacional de investigación podría proporcionar una visión más clara sobre las posibles vulnerabilidades de las infraestructuras eléctricas compartidas, al tiempo que fortalecería la cooperación transnacional en materia de seguridad energética.

El incidente también resalta la importancia de una mayor integración de las políticas energéticas dentro de la UE. Aunque las redes eléctricas de los países miembros están interconectadas, las diferencias en los estándares de seguridad y en la gestión de las infraestructuras podrían ser factores que contribuyan a que los apagones afecten a varios países simultáneamente. Por ello, una revisión más amplia de los protocolos de seguridad y la implementación de mejores prácticas en toda la región podría ser una de las consecuencias positivas de este incidente.


Conclusión: una investigación crucial para la seguridad energética europea

El apagón del 28 de abril ha dejado claro que la infraestructura eléctrica de la península ibérica, aunque avanzada, aún es susceptible a fallos técnicos y a posibles amenazas externas. La solicitud de Portugal de una investigación independiente pone de relieve la necesidad de mejorar la transparencia y la cooperación en la gestión de sistemas energéticos interconectados. Si bien el gobierno español ha demostrado disposición para colaborar, el involucramiento de un ente externo podría ser la clave para asegurar que todas las causas del apagón se esclarezcan de manera imparcial, y para implementar medidas correctivas que refuercen la seguridad energética no solo en la península ibérica, sino también a nivel europeo.

Mientras tanto, el futuro de la red eléctrica ibérica sigue siendo incierto, y las investigaciones continuarán, con la esperanza de que se encuentren soluciones definitivas que permitan evitar que un incidente similar se repita en el futuro.

Actualización de mayo de 2025: ¿Qué sabemos ahora del gran apagón?

Tras semanas de investigaciones intensas, los informes preliminares han comenzado a arrojar luz sobre lo ocurrido el pasado 28 de abril, cuando millones de personas en España y Portugal quedaron sin suministro eléctrico durante horas. Aunque las teorías iniciales apuntaban a un posible ciberataque, nuevas evidencias descartan esta hipótesis.

Descartado el ciberataque, pero no la preocupación

Red Eléctrica de España ha confirmado que no se detectó ningún acceso externo a sus sistemas informáticos. La Agencia Europea para la Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) y ENTSO-E respaldan esta conclusión, señalando que el incidente fue consecuencia de una cadena de fallos técnicos iniciada en el sur de la península.

Oscilaciones en la red: señales ignoradas

La Vanguardia reveló que se registraron oscilaciones en la red eléctrica de toda Europa media hora antes del corte, pero no se tomó ninguna medida preventiva, lo que genera dudas sobre los protocolos actuales.

Impacto económico y legal

Las pérdidas ascienden a unos 1.600 millones de euros, afectando a comercios, hospitales, industrias y pequeñas empresas. La batalla legal por indemnizaciones puede durar más de una década, según El País.

Respuesta del Gobierno: plan de ciberseguridad millonario

Pese a que el incidente no fue causado por un ataque, el Gobierno ha aprobado un plan de refuerzo con una inversión de 1.157 millones de euros, destinado a blindar infraestructuras críticas (fuente).


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